
En una reciente entrevista con Europa Press, Carlos Mallo, ingeniero de caminos y fundador de la ONG sin ánimo de lucro Innoceana, ha sido galardonado con el prestigioso Goldman Environmental Prize, conocido como el 'Nobel verde'. Este premio reconoce su compromiso con la conservación de los océanos y las praderas de sebadales, que están en grave peligro en las Islas Canarias.
Situada en Santa Cruz de Tenerife, la ONG Innoceana se ha dedicado a la protección de estos ecosistemas submarinos, los cuales han tenido que enfrentar una significativa reducción de su población en Tenerife, con un dramático 50% perdido en los últimos tres decenios. Según Mallo, las amenazas más críticas incluyen los vertidos de aguas residuales, el desarrollo costero y el turismo irresponsable que desafía la salud de estos hábitats.
En su afán por preservar los sebadales, la organización trabaja a nivel internacional y pone especial énfasis en Canarias. Voluntarios, incluyendo biólogos e ingenieros, están comprometidos en educar sobre la importancia de los fondos marinos y la necesidad de protegerlos. Mallo expresa su deseo de que las comunidades locales comprendan que el mar no es una amenaza, sino un recurso vital que deben cuidar.
Durante la entrevista, Mallo destacó las funcionalidades esenciales de los sebadales, describiéndolos como “guarderías marinas” que ofrecen refugio a peces jóvenes. Además, estas plantas submarinas cumplen funciones ecológicas críticas al estabilizar la arena de las playas, absorber dióxido de carbono, generar oxígeno y filtrar sedimentos, lo cual es fundamental para el equilibrio del ecosistema marino.
A pesar de su valiosa contribución, los sebadales enfrentan un futuro incierto. Desde 2018, Innoceana ha lanzado un proyecto denominado ‘Jardineros del Mar’, que busca restaurar estas plantas y fomentar la conciencia pública sobre su importancia. Mallo enfatiza que la labor de la organización va más allá de la sensibilización; se busca restaurar las poblaciones de sebadales y promover su cultivo en áreas adecuadas.
Gracias a la colaboración de voluntarios del Cabildo de Tenerife, Innoceana ha intensificado sus esfuerzos para monitorear los sebadales y evaluar su estado de salud. Mallo subraya la importancia de no solo detener la destrucción, sino también permitir la reintroducción de estas plantas en áreas donde se han recuperado las condiciones adecuadas para su cultivo.
Para identificar los lugares más propicios para la replantación de sebadales, el equipo de Innoceana utiliza tecnología avanzada, como sensores para analizar la calidad del agua. Mallo detalla que, al final del año, tendrán una idea clara de las ubicaciones para los nuevos cultivos. Además, están recolectando semillas de sebadales donadores para cultivarlas y luego reintroducirlas en el mar.
Mallo también hizo una pausa para reflexionar sobre cómo la planificación a largo plazo es fundamental para la sostenibilidad del medio ambiente marino en Canarias. Reconoce que las aguas residuales han sido desviadas de ciertas áreas, y están explorando opciones para rehabilitar sebadales ya existentes y restaurar partes del litoral afectadas por la actividad humana.
A pesar de los desafíos, Mallo ha encontrado en su trabajo un sentido de propósito. Sin embargo, reconoce que el daño causado por la actividad humana es profundo y que cualquier esfuerzo de restauración debe ser consciente de las complejidades del ecosistema marino. Después de cambiar su enfoque profesional, ha estado comprometido con la protección de los océanos y el medio ambiente costero.
Con iniciativas que han llegado hasta regiones como California, Costa Rica y Asia, Mallo está trabajando arduamente para promover la conservación de los ecosistemas marinos. En Costa Rica, por ejemplo, se están desarrollando estrategias para restaurar corales que han sido devastados en los últimos años debido a fenómenos climáticos extremos.
En el archipiélago de Fiyi, Innoceana también busca establecer un modelo de conservación que empodere a la comunidad local en la protección de su entorno. La labor de Mallo ha sido reconocida y celebrada, especialmente tras recibir el Goldman Environmental Prize, que le ha inspirado a continuar su lucha por el océano y la vida marina, incluyendo la detención de proyectos perjudiciales en Tenerife.
En su visión por el futuro de Canarias, Mallo sostiene que la isla necesita tomar un respiro y replantear su enfoque hacia el turismo, el cual ha llegado a niveles insostenibles. Considera que es vital establecer una planificación estructurada para asegurar que las generaciones futuras puedan disfrutar de un entorno saludable y equilibrado.
Sin un plan claro, advierte sobre la dificultad de abordar de manera efectiva los problemas ambientales actuales. Reflexionando sobre el dilema entre sostenibilidad y turismo, Mallo pone de manifiesto las barreras administrativas y la falta de colaboración que estorban el progreso en la conservación y restauración del medio ambiente en la región.
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