Crónica Canarias.

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Investigación revela el modo de vida de los guanches en El Teide y su respuesta al riesgo volcánico.

Investigación revela el modo de vida de los guanches en El Teide y su respuesta al riesgo volcánico.

En Santa Cruz de Tenerife, la arqueóloga Matilde Arnay, perteneciente a la Universidad de La Laguna (ULL), ha compartido los hallazgos de su investigación sobre las comunidades guanches en las majestuosas Cañadas del Parque Nacional del Teide. Luego de diez años de estudios, el equipo de investigación se enfrenta a una inquietante pregunta: ¿Cómo adaptaron sus costumbres los canarios ancestrales al volverse conscientes de los riesgos volcánicos en su entorno?

En una reciente entrevista con Europa Press, Arnay se ha adentrado en los resultados de su trabajo, que incluye un exhaustivo análisis de las cuevas y chozas halladas en el Parque Nacional, notoriamente bien preservadas en comparación con otras áreas de la isla, donde el crecimiento urbano ha afectado notablemente el patrimonio arqueológico. Estos refugios de alta montaña ofrecen una ventana única a la vida cotidiana de los guanches.

La divulgación de estos hallazgos se lleva a cabo en el Centro de Visitantes de Cañada Blanca, donde se presenta documentación y excavaciones que visibilizan el trabajo realizado. Arnay explica que han llevado a cabo campañas de excavación en diversas cabañas, lo que les ha permitido comprender profundamente su funcionamiento y estructura.

La arqueóloga también señala que el estudio de estas construcciones ha proporcionado información fascinante sobre su arquitectura, incluyendo el uso de muros de lava y la disposición espacial de los hogares, que a menudo contaban con una extensa estructura destinada a la combustión.

A la investigación de las viviendas se suma un importante esfuerzo por explorar las 'canteras-taller', lugares emblemáticos de la cultura guanche donde se extraía la materia prima para crear molinos de mano. Arnay menciona que se han localizado varias canteras, destacándose dos de gran tamaño, casi intactas, lo que brinda una oportunidad única para aprender sobre las técnicas de fabricación y distribución de estos útiles.

Los sitios que evidencian las chozas y cabañas guanches están relativamente bien distribuidos, pero algunos, como el camino de Siete Cañadas, presentan una mayor densidad de hallazgos debido a su proximidad a recursos vitales, favoreciendo así la formación de asentamientos más grandes.

La arqueóloga aclara que la ocupación guanche en esta región montañosa siempre ha sido entendida como temporal, con picos de actividad en primavera y verano, épocas en las que los pobladores ascendían para realizar intercambios y recolectas de recursos necesarios.

Frente a la inquietante realidad de los volcanes, Arnay sugiere que esta percepción de peligro pudo haber llevado a los guanches a establecer una ocupación más permanente, especialmente en un contexto signado por la llegada de los conquistadores. Destaca que esta prolongada estancia abarcó desde el siglo XV hasta el XVII.

El estudio de los recursos líticos en el Teide resalta el profundo conocimiento que los guanches tenían sobre su entorno. Sin embargo, Arnay destaca que también hubo un cambio en la percepción del territorio por parte de la población, influenciado por eventos como la última erupción del Teide, un tema que su grupo de investigación ahora examina con mayor detenimiento.

Finalmente, Arnay enfatiza la vital importancia de documentar los yacimientos arqueológicos, que revelan una ocupación ininterrumpida desde el siglo V hasta casi el XVII. Actualmente, el trabajo continúa con nuevos proyectos enfocados en el estudio de la relación entre el volcanismo y el comportamiento guanche, a través de excavaciones con técnicas innovadoras que buscan aportar datos cronológicos precisos y descubrir si las mismas áreas fueron habitadas a lo largo del tiempo, frente a la dificultad de establecer cronologías fiables.