La ciudad de Santa Cruz de Tenerife despidió con gran fervor a la Virgen de Candelaria en una emotiva ceremonia celebrada el pasado viernes por la noche, concluyendo así dos semanas repletas de actividades religiosas y culturales que congregaron a miles de fieles de toda la isla. Desde su llegada el 11 de octubre, la presencia de la 'Morenita' ha sido un verdadero punto de encuentro para la comunidad, promoviendo la convivencia y el renacer espiritual entre los asistentes.
El recorrido de despedida comenzó en la Iglesia Matriz de La Concepción y continuó en la plaza de España, donde el obispo de Tenerife, Eloy Santiago, ofició una emotiva eucaristía. La procesión de regreso se inició a las 22:00 horas, según ha informado el ayuntamiento en un comunicado oficial que se hizo público el sábado.
Durante su trayecto de vuelta, la imagen de la Virgen se detuvo en varios puntos emblemáticos, incluyendo Avenida Bélgica, donde se realizaron actos pequeños en conjunto con el Proyecto Café y Calor de Cáritas, así como en otros lugares significativos como Cruz del Señor y Cuesta Piedra. Finalmente, tras una parada en Taco, la imagen llegó a El Humilladero, donde se llevó a cabo la despedida oficial antes de regresar a la Basílica de Candelaria, un acto que tuvo lugar alrededor de las 11:00 horas del día siguiente.
El alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, resaltó la "intensa emoción y la unidad" que la comunidad ha experimentado durante este periodo, señalando que la Virgen de Candelaria ha sido un verdadero símbolo de convivencia, solidaridad y esperanza para los ciudadanos. También destacó la colaboración entre parroquias, voluntarios, asociaciones y el propio ayuntamiento en la organización de estas tradiciones.
Durante la visita de la Virgen a la capital, se desarrollaron un gran número de actos, incluyendo eucaristías, procesiones, conciertos de música sacra, exposiciones y diversas actividades solidarias, que involucraron a todas las comunidades parroquiales de los cinco distritos de Santa Cruz. La programación incluyó también actividades diseñadas para la infancia y la juventud, buscando conectar a las nuevas generaciones con sus raíces y tradiciones.
Las instituciones educativas locales jugaron un papel activo, organizando visitas guiadas y celebraciones que acercaron a los estudiantes a la historia y el significado de la Virgen de Candelaria, un símbolo indiscutible de la identidad canaria.
Entre los momentos más conmovedores de la visita destacó la presencia de la imagen en el Centro Penitenciario Tenerife II, donde internos y personal recibieron a la Virgen en un acto que rebosó espiritualidad y esperanza. Asimismo, se llevaron a cabo encuentros con ancianos, enfermos y personas en situaciones de vulnerabilidad, junto con actividades en colaboración con entidades sociales como Cáritas Diocesana, reafirmando así el compromiso de la comunidad con los más necesitados.
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