El Gobierno de Canarias, en colaboración con el Cabildo de La Palma, ha llevado a cabo una intervención arqueológica urgente en un tubo volcánico cercano al Salto de Tigalate en Villa de Mazo luego de que un aficionado a la espeleología reportara un descubrimiento fortuito. En el lugar se hallaron dos depósitos de cuentas ornamentales datados entre los siglos XII y XIII, con un total de 225 conchas marinas y un hueso trabajados por la sociedad benahoarita.
Este yacimiento, catalogado como una cueva funeraria en la carta arqueológica insular, ha sido víctima de saqueo a lo largo de los años, sin embargo, la colección de colgantes se encontraba oculta en una fisura lateral del tubo volcánico, resguardada por materia vegetal desconocida, lo que ha permitido que las piezas se conserven intactas por casi mil años.
Esta mañana se presentaron los resultados de la investigación arqueológica realizada por PRORED, financiada por la Dirección General de Cultura y Patrimonio Cultural, con la presencia de autoridades como Miguel Ángel Clavijo, Sergio Rodríguez, Idafe Hernández, Efraín Marrero y Yeray Rodríguez, responsable del descubrimiento fortuito.
En la rueda de prensa, Clavijo destacó la importancia de la colaboración ciudadana en el redescubrimiento del patrimonio cultural y el compromiso de protegerlo contra el expolio. La consejera de Universidades, Ciencia e Innovación y Cultura, Migdalia Machín, se sumó a este mensaje instando a cualquier persona con información sobre yacimientos arqueológicos a ponerse en contacto con las autoridades correspondientes.
Por su parte, Sergio Rodríguez elogió el trabajo realizado por el equipo de investigación y recordó la labor pionera de Miriam Cabrera en la arqueología de la isla. Desde el Ayuntamiento, el alcalde de Villa de Mazo expresó su compromiso con la arqueología local y anunció planes para impulsar nuevos proyectos de investigación.
Efraín Marrero, por su parte, resaltó la singularidad del hallazgo y la importancia de este tipo de piezas en la isla. Se mencionó que este tipo de depósitos suelen encontrarse cerca de yacimientos funerarios, como en la Cueva de la Higuera en Barlovento.
Los restos encontrados estaban en condiciones extremas de humedad y temperatura, lo que complicó la intervención arqueológica para garantizar su conservación. Se realizó un minucioso registro tridimensional y se llevaron a cabo diversas pruebas de datación para establecer la cronología de los hallazgos.
Durante el análisis en laboratorio, se observó que las piezas ornamentales fueron reutilizadas, lo que presenta un nuevo enigma a resolver en futuras fases del proyecto. Además, se anunció la colaboración con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria para continuar con el estudio de las piezas halladas.
En un esfuerzo multidisciplinario, se contó con la participación de expertos en diversas áreas para llevar a cabo la investigación. Se enfatizó la importancia de no alterar los restos arqueológicos para preservar la información contenida en ellos.
Para reconocer la labor de Yeray Rodríguez, quien reportó el hallazgo, se le agradeció públicamente su compromiso con la protección del patrimonio cultural. El material arqueológico recuperado será resguardado en el Museo Arqueológico Benahoarita una vez finalice el proyecto de investigación.
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