La reciente controversia en Canarias ha escalado tras las declaraciones del presidente del Gobierno regional, Fernando Clavijo, quien respondió de manera contundente a los comentarios de Santiago Abascal, líder de Vox. En una visita al barco de la ONG Open Arms en Tenerife, Clavijo no escatimó en calificaciones, tildando a Abascal de “auténtico fascista” por sus propuestas de confiscar y hundir la embarcación.

Durante su encuentro con los medios, Clavijo enfatizó la necesidad de que las figuras públicas asuman su responsabilidad con mayor seriedad. Expresó su preocupación por el tipo de lenguaje que se utiliza en el ámbito político y sugirió que Abascal debería ser más cauteloso en sus declaraciones, dado que tales comentarios generan una atmósfera de “crispación y malestar” que afecta negativamente a la democracia.

El presidente canario también recordó que aunque Vox tiene representación en las instituciones, eso no implica que toda opinión y postura que emerja de dicho partido sea aceptable. Clavijo subrayó que, a pesar de no compartir el discurso de Vox, el respeto por los derechos humanos y las acciones solidarias de organizaciones como Open Arms deben ser defendidos, resaltando que todos tienen el derecho a actuar de acuerdo a sus principios, sin ser atacados por ello.

En una crítica más directa, Clavijo planteó un escenario hipotético respecto a Abascal, sugiriendo que, en caso de encontrarse en una situación de peligro en el mar, el líder de Vox probablemente optaría por ser rescatado por el Open Arms, lo que contrasta con su retórica actual sobre la ONG. Esta reflexión pone en evidencia la complejidad del debate sobre la inmigración y el papel de las ONG en la salvaguarda de vidas humanas en el Mediterráneo.