"Un nuevo libro revela las complejidades de la investigación sobre la represión franquista en Tenerife."
En un acto que tuvo lugar en Santa Cruz de Tenerife, la investigadora Luana Studer desveló su obra titulada "Llano de Maja. Memorias de la represión franquista en la cumbre de Tenerife" (2025), un análisis que intenta esclarecer la problemática de la desaparición de personas durante la Guerra Civil en esa región. Aunque el estudio se encuentra todavía en fase preliminar y carece de conclusiones definitivas, pone de manifiesto los obstáculos que enfrenta el estudio de la memoria histórica, especialmente cuando se refiere a un área de gran valor ambiental como es el Parque Nacional del Teide.
Este libro es el resultado de un esfuerzo investigativo que comenzó en 2011, financiado por el Ministerio de la Presidencia del Gobierno de España. En esa etapa, equipos de arqueólogos e historiadores se trasladaron a la zona de Las Cañadas del Teide, impulsados por rumores persistentes acerca de posibles restos de personas desaparecidas durante el conflicto, en particular en las áreas volcánicas entre Portillo Viejo e Izaña.
El proyecto, planeado inicialmente para abarcar seis meses, arrancó con entrevistas a residentes de los municipios cercanos al Parque Nacional. Estas conversaciones identificaron varias cimas volcánicas significativas y mencionaron pozos en el Llano de Ucanca, alimentando la teoría de que el último alcalde republicano de Santa Cruz, José Carlos Schwartz, podría estar entre los desaparecidos en esta área, específicamente en el Llano de Maja.
Las posteriores investigaciones de campo revelaron que muchos de los restos señalados por la tradición oral pertenecían en realidad a culturas prehispánicas. "Al investigar ciertas cimas, constatamos que los restos eran de origen aborigen, no de la Guerra Civil. Un ejemplo es el célebre bucio del Llano de Maja", relató Studer en una entrevista a la agencia Europa Press.
A pesar de este primer intento sin resultados concluyentes, se lanzó un segundo proyecto que continuó con las entrevistas y descubrió nuevas referencias, esta vez en cimas volcánicas cercanas al Llano de Maja, según indicó Studer.
En 2024, con nuevos recursos provenientes del Cabildo de Tenerife, se reanudaron las investigaciones. Se obtuvieron los permisos necesarios para proceder a una prospección arqueológica de superficie que se planeó llevar a cabo a lo largo de seis meses. "Recopilamos toda la información existente con el objetivo de investigar otras cimas volcánicas que pudieran estar relacionadas con nuestra búsqueda", explicó la investigadora.
Studer especificó que las cimas a identificar debían cumplir dos características esenciales: proximidad a un acceso vehicular y particularidades de profundidad. En este contexto, el equipo determinó que la cima de los helechos era la más "viable" para su estudio. Ya en 2006, una carta arqueológica del Cabildo mencionaba este lugar como un área de "utilización aborigen", aunque los técnicos también destacaban la conexión que la tradición oral establecía entre el sitio y los hechos de la Guerra Civil.
Hasta el presente, no se han llevado a cabo sondeos arqueológicos que certifiquen la existencia de restos de desaparecidos del conflicto en la zona, lo que se debe en parte a la naturaleza protegida de la región. El Parque Nacional del Teide impone restricciones que requieren permisos específicos para cualquier intervención.
“Estábamos en diálogo con el Parque para poder descender la cima, que está asegurada con verjas por razones de seguridad, y esperábamos a que un técnico estuviera presente con el equipo arqueológico. Estaban dispuestos a colaborar, pero la demora en las respuestas resultó en la expiración de otros permisos necesarios”, comentó Studer.
Más allá de los resultados aún inciertos, la obra de Studer también compila relatos, aunque el investigador advierte del carácter "subjetivo" de los mismos. Entre estos testimonios, destaca el recuerdo de una mujer de Los Realejos que rememoraba su paso por el Llano de Maja.
“Su padre cruzaba la cumbre para llevar cestería a la vertiente sur. Lo hacían en la noche y, en una de esas travesías, vieron un camión llegar con una persona que después fue fusilada”, compartió Studer.
Con respecto a la conexión entre la represión franquista y el Llano de Maja, la investigadora enfatiza que, aunque es un tema de conversación común, carece de una localización concreta. Esto resalta las complicaciones inherentes a su investigación, las cuales se agravaron por la necesidad de conseguir los permisos pertinentes y asegurar el financiamiento adecuado.
“No es tarea sencilla descender una cima volcánica. Estamos hablando de alturas de 15 a 20 metros que requieren condiciones específicas de protección, junto a la colaboración de espeleólogos y arqueólogos. Además, será esencial contar con antropólogos forenses si llegamos a encontrar restos humanos”, concluyó Studer.
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