Crónica Canarias.

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Lanzarote exige al Gobierno y a municipios más vigilancia en el campo.

Lanzarote exige al Gobierno y a municipios más vigilancia en el campo.

El presidente del Cabildo de Lanzarote, Oswaldo Betancort, ha hecho un llamado urgente a los consistorios locales y a la representación del Estado en la isla para que implementen medidas más estrictas de seguridad en las áreas agrícolas, debido a una alarmante serie de robos que está impactando de manera severa a los productores locales.

Betancort, quien ha expresado su respaldo incondicional al sector agropecuario, condenó estos hurtos como un "ataque intolerable" al arduo trabajo que realizan a diario los agricultores de Lanzarote, según un comunicado emitido por la institución insular.

El presidente enfatizó: "No podemos permitir que aquellos que dedican sus jornadas a preservar nuestro entorno, nuestra economía y nuestra cultura se conviertan en blanco de este tipo de delitos". Al mismo tiempo, instó a las fuerzas de seguridad a intensificar la vigilancia en las zonas rurales y solicitó una colaboración más estrecha entre las administraciones local, insular y estatal para abordar de manera efectiva esta problemática.

Asimismo, tanto Betancort como el consejero de Agricultura y Ganadería han dirigido un mensaje a la comunidad para incentivar la participación ciudadana en la prevención del delito. Hicieron un llamado a estar atentos a movimientos extraños, vehículos sospechosos o cualquier actividad inusual en las fincas, señalando que esta vigilancia podría ser crucial para evitar nuevos robos.

En este sentido, exhortan a los ciudadanos a registrar matrículas de vehículos que despierten sospechas, y a notificar a la Policía Local o a la Guardia Civil, destacando que "no ignorar lo que sucede a nuestro alrededor podría ser clave para marcar la diferencia en esta lucha".

Finalmente, el Cabildo de Lanzarote ha recordado que "detrás de cada cultivo hurtado hay una familia que sufre y un esfuerzo que se desperdicia", añadiendo que los productos robados no representan solo un daño económico, sino que también afectan profundamente la moral del sector agrícola que enfrenta enormes retos para prosperar.