SANTA CRUZ DE TENERIFE, 25 Ago.
El incendio forestal en Tenerife, que ha durado más de nueve días, finalmente se ha estabilizado después de arrasar más de 14.700 hectáreas en doce municipios. La magnitud del incendio ha causado graves daños al ecosistema, especialmente a la retama, en el Parque Nacional del Teide.
Manuel Durbán, director del parque nacional, ha expresado su preocupación por la creciente magnitud de los incendios en la zona: "Llevo aquí desde 1994 y este ha sido el mayor terreno quemado. Cada año, los incendios son más intensos". Sin embargo, Durbán ha rebajado las estimaciones iniciales que situaban la afección en casi 3.000 hectáreas.
Según Durbán, el comportamiento del fuego ha sido inusual, con múltiples frentes de llamas que se adentraban en el parque y afectaban a algunos barrancos mientras dejaban otros intactos. La retama, una especie que tarda hasta treinta años en alcanzar la madurez, ha sido la más afectada por las llamas.
Durbán explica que los mejores retamares se encontraban en la parte este del parque, por Izaña y El Portillo, las zonas más afectadas por el incendio. Además de las consecuencias del fuego, la retama también sufre los efectos del cambio climático y la presencia de herbívoros como los conejos.
Otras especies también han sufrido daños, como el rosalito de cumbre y la hierba pajonera. Sin embargo, a diferencia de la retama, su tiempo de crecimiento es mucho menor. Además, se ha perdido más de la mitad de los invertebrados endémicos.
El lagarto tizón también ha sido seriamente afectado, mientras que las aves probablemente lograron escapar volando. Sin embargo, las especies propias del pinar, como el pinzón azul o el picapinos, enfrentarán graves problemas de supervivencia.
En cuanto al muflón, una especie introducida y dañina para el parque, se cree que todos han escapado. Sin embargo, Durbán destaca la importancia de las especies autóctonas, ya que se han visto afectadas las poblaciones de rosal guanche, jarilla de cumbre y jopillo de cumbre, esta última declarada vulnerable.
Además de los daños ambientales causados por el incendio, el Parque Nacional del Teide se enfrenta a otros problemas como el cambio climático, la acción de los herbívoros y el alto número de visitantes. Durbán señala la necesidad de implementar sistemas de movilidad sostenible para ordenar las visitas.
Los incendios forestales, especialmente cuando son tan extensos como el actual, representan una gran amenaza para el parque. El operativo del parque, que es pequeño y solo está preparado para extinguir pequeños incendios, se vio desbordado. Incluso los telescopios del IAC en Izaña y el Observatorio de la Aemet estuvieron a punto de ser arrasados por las llamas, a menos de 50 metros de distancia.
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