Las instalaciones carecían de núcleo zoológico y muchos animales presentaban estado nutricional y suministro de agua muy deficientes
SANTA CRUZ DE TENERIFE, 27 Jun. - La Guardia Civil de Las Palmas llevó a cabo la 'Operación Érpon' el pasado 4 de mayo en Tenerife, interviniendo diversos especímenes vivos, caparazones de tortugas, ejemplares muertos en estado de congelación y huevos, todos ellos protegidos por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), tras realizar un registro domiciliario en una finca en el municipio de Güimar que finalizó con la detención del propietario.
La investigación comenzó en septiembre de 2022 cuando la Guardia Civil incautó un espécimen CITES durante la 'Operación NAJA-GC' en Gran Canaria, y se acreditó la venta del ejemplar desde Tenerife.
La investigación continuó y el Seprona obtuvo distintos indicios policiales que acreditan que el detenido había incurrido en un supuesto delito contra la flora y fauna. Durante el registro domiciliario, los agentes encontraron numerosos ejemplares, caparazones de tortugas, ejemplares muertos y huevos. Además, intervinieron animales vivos protegidos por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) catalogados en los APÉNDICES I y II del Convenio.
En total se incautaron veintiocho especímenes, incluyendo una tortuga moteada, una tortuga dragón, catorce iguana cornuda, una tortuga nariz de cerdo, tres tortugas espalda de diamante, una tortuga de espolones africana, dos tortugas terrestres de patas rojas, dos tortugas elongada, un escinco gigante de salomón y dos tortugas radiadas, dos caparazones de tortuga, tres ejemplares muertos y diez huevos. También intervinieron una incubadora en uso que contenía huevos de tortugas y un neonato de menos de dos semanas, así como tres ejemplares vivos no CITES, una tortuga mordedora de Nueva Guinea y dos tortugas charapita de aguajal, que fueron trasladados a la Fundación Neotrópico en Tenerife y depositados allí.
El Seprona determinó que la mayoría de los especímenes se encontraban en situación irregular al carecer de documentación y marcado, incumpliendo las normativas en materia de comercio de especies amenazadas de fauna y flora silvestres y sobre especies exóticas invasoras. Además, los animales eran mantenidos en condiciones zoosanitarias inapropiadas y sin protección adecuada frente a las inclemencias climáticas.
Los agentes descubrieron que esta ubicación en la que se realizó el registro domiciliario había sido utilizada para la reproducción y cría ilícita de especímenes de diferentes especies y grado de protección sujeto al Convenio CITES.
La Guardia Civil detalló que en días posteriores, como consecuencia del precario estado de salud y debilidad de los animales, se produjo la muerte de uno de los ejemplares intervenidos.
La Guardia Civil procedió a la incoación de atestado por la presunta comisión de un delito contra la flora y fauna, delitos contra los animales y otro delito de usurpación de funciones públicas y del intrusismo. Paralelamente, se ha dado cuenta a la Agencia Canaria de Protección del Medio Natural, Dirección General de Ganadería, Dependencia Provincial de Aduanas e Impuestos Especiales y Ayuntamiento de Güimar por supuestas infracciones administrativas.