Los recientes acontecimientos en Canarias han puesto de relieve la necesidad urgente de reformular su sistema energético. Un grupo de 139 investigadores y científicos ha firmado un manifiesto en el que defienden la geotermia como una potencial solución para enfrentar los retos energéticos y ambientales actuales que enfrenta el archipiélago.
Las islas, atrapadas en una "encrucijada" respecto a su futuro energético, dependen en gran medida de combustibles fósiles que son importados, lo que las hace vulnerables a fluctuaciones internacionales y crisis geopolíticas. Este escenario plantea serias dudas sobre la sostenibilidad y seguridad del suministro energético, así como sobre el bienestar de la población local.
A pesar de los avances en energías renovables como la eólica y fotovoltaica, sus limitaciones inherentes han dejado claro que son insuficientes por sí solas. La intermitencia de estas fuentes energéticas requiere complementos que aseguren un suministro estable, lo que realza la importancia de la geotermia como recurso esencial, ya que permite la generación constante de energía utilizando el calor interno de la Tierra.
Los firmantes del manifiesto argumentan que invertir en geotermia no solo es una decisión técnica, sino un paso firme hacia un modelo más sostenible que a la vez reduciría las emisiones de carbono, generaría nuevos empleos y fortalecería la autonomía energética del archipiélago. Este enfoque debe ser específico para cada isla, asegurando que los beneficios se distribuyan entre las comunidades locales.
El documento también subraya que muchas de las preocupaciones en torno a la geotermia provienen de malentendidos y desinformación. Por lo general, se alegan riesgos de actividad sísmica o erupciones, pero los estudios científicos refutan estas preocupaciones, indicando que la explotación geotérmica se puede realizar de forma segura y controlada.
En comparación con otras fuentes de energía, la geotermia presenta una huella ecológica significativamente menor, permitiendo coexistir con diversas actividades económicas y reduciendo el uso del suelo. Esto es crucial en un lugar como Canarias, donde el espacio es limitado y debe utilizarse de manera eficiente.
Los investigadores destacan la importancia de combatir mitos y fomentar una educación científica eficaz, así como una mayor participación de la ciudadanía en el proceso de toma de decisiones. La geotermia no debería ser vista como una competencia por recursos hídricos, sino como un recurso que puede, de hecho, beneficiar al sector agrícola y a la disponibilidad de agua.
El compromiso con la geotermia tiene implicaciones directas en la lucha contra el cambio climático, al facilitar una energía limpia y maximizar la resiliencia económica de las islas ante la inestabilidad del mercado energético. Al mismo tiempo, esta fuente de energía tendría un impacto positivo en la economía local, generando empleos especializados y promoviendo colaboraciones con instituciones académicas y empresas innovadoras.
Es esencial que esta transición se apoye en la participación activa de la sociedad civil y en un marco regulatorio que asegure un reparto justo de los beneficios. Se hace un llamado a las instituciones públicas para desarrollar políticas claras que favorezcan la implementación de proyectos geotérmicos y favorezcan la transparencia en la planificación energética.
Se insta también al sector privado a invertir en innovación tecnológica, con un enfoque en las empresas locales para la creación de empleo de calidad y la robustecimiento de la economía de las islas. El éxito de la geotermia como pilar del futuro energético de Canarias dependerá de la colaboración y esfuerzo conjunto de todos los sectores involucrados.
La aspiración es que, mediante un compromiso colectivo, se consigan implementar soluciones energéticas sostenibles que se alineen con los intereses de la población y que propicien un desarrollo inclusivo y resiliente para el futuro del archipiélago canario.
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