En un sorprendente giro de los acontecimientos, el Papa Francisco ha aceptado la renuncia presentada por monseñor Bernardo Álvarez como obispo de Tenerife, cargo que ha ocupado desde 2005. Esta decisión ha sido anunciada por la Conferencia Episcopal Española, generando un gran revuelo en la comunidad católica de la región.
Nacido el 29 de julio de 1949 en Breña Alta (La Palma), Bernardo Álvarez inició su formación en Arquitectura en La Laguna en 1967, pero pronto decidió dedicarse por completo a la iglesia. Fue ordenado sacerdote en julio de 1976, y desde entonces ha dedicado su vida al servicio religioso y pastoral.
Con una sólida formación académica, el obispo Álvarez cuenta con un bachillerato en Teología por la Facultad de Teología del Norte de España, sede Burgos, y una licenciatura en Teología Dogmática por la Universidad Gregoriana de Roma. Su profundo conocimiento de la doctrina católica ha marcado su episcopado en Tenerife.
Tras ser nombrado obispo de Tenerife en junio de 2005, Bernardo Álvarez recibió la ordenación episcopal en septiembre de ese mismo año en la Catedral de La Laguna. Desde entonces, ha liderado la Diócesis Nivariense con carisma y compromiso, dejando una profunda huella en la comunidad católica de la región.
Además de sus responsabilidades como obispo, monseñor Álvarez ha sido un miembro activo de la Comisión Episcopal para el Clero y Seminarios de la Conferencia Episcopal Española, trabajando arduamente por fortalecer la formación y el acompañamiento de los sacerdotes en su labor pastoral. Su renuncia, aunque sorpresiva, marca el final de una era en la Diócesis de Tenerife, y deja un vacío que será difícil de llenar.
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