Crónica Canarias.

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ULL implementa horarios escalonados para optimizar la movilidad en la TF-5 el próximo curso.

ULL implementa horarios escalonados para optimizar la movilidad en la TF-5 el próximo curso.

La Universidad de La Laguna (ULL) se encuentra en una fase de negociación que busca modificar los horarios de entrada y salida de los estudiantes, una iniciativa que se desarrollará durante este mes. La intención es escalonar dichos horarios a partir del próximo curso escolar para mitigar los problemas de tráfico en la autopista TF-5.

El rector de la ULL, Francisco Javier García, anunció esta medida tras una reunión con la presidenta del Cabildo, Rosa Dávila, donde se trataron diversas estrategias para optimizar la movilidad en el área metropolitana de Santa Cruz y La Laguna.

García destacó que la universidad ha llevado a cabo un estudio meticuloso sobre los horarios de sus facultades. Esto será fundamental para postergar el inicio de las actividades académicas, ya que la congestión más intensa de la TF-5 se produce a las 08:00 horas, el horario tradicional de entrada.

“Retrasar la intensidad de uso en esa franja horaria resultará beneficioso. Estamos comprometidos a trabajar en este aspecto durante el mes en curso. Cerraremos los horarios y moldearemos las posibles acciones en ese sentido”, explicó García.

Durante el presente curso, esta estrategia se implementó en la Facultad de Medicina, la cual recibió una inyección de dos millones de euros en financiación adicional del Cabildo, y se busca ahora ajustarla según la disponibilidad específica de cada facultad.

“Estamos en comunicación con todos los decanatos. Es fundamental que cada centro ofrezca sus particularidades para explorar diversas alternativas”, comentó el rector.

Además, García se mostró dispuesto a ofrecer espacios de la universidad como aparcamiento para las guaguas durante las obras del intercambiador de La Laguna, así como la creación de un 'carril guagua' en las inmediaciones de la Facultad de Bellas Artes.

El rector también elogió la labor del Cabildo en el impulso del transporte público, especialmente a través de la implementación de guaguas lanzadera hacia el norte y el sur de la isla.

De acuerdo con el Consejo Social de la ULL, un 71% del alumnado utiliza transporte público para acudir a las clases, lo que refleja un notable aumento que, según García, está relacionado con las políticas de apoyo del Cabildo. El año pasado, la universidad contaba con un total de 26.000 alumnos.

Durante la reunión, también se discutió cómo aumentar las plazas en las residencias universitarias, dado que se ha vuelto complicado encontrar viviendas de alquiler en el municipio. Se espera que esto favorezca la movilidad, permitiendo que estudiantes del norte y del sur de la isla puedan residir más cerca de sus facultades.

García mencionó que se encuentra en proceso de licitación un sistema de barreras en los párquines, que premiará a quienes utilicen vehículos con alta ocupación y desincentivará el uso de coches con un solo ocupante.

“Estamos trabajando en múltiples líneas para mejorar la movilidad, reafirmando así nuestro compromiso junto al Cabildo, ya que esto es una prioridad fundamental para nuestra isla”, afirmó García.

Por su parte, la presidenta del Cabildo, Rosa Dávila, destacó la disposición de la ULL para contribuir activamente a la mejora de la movilidad, trabajando con datos concretos y en colaboración con cada facultad para modificar horarios y descongestionar las horas punta.

“Los datos sugieren que esta medida podría eliminar casi 500 vehículos diarios”, añadió Dávila, quien también valoró positivamente el éxito de las guaguas lanzadera y anticipó la implementación de 'parking inteligentes' que priorizarán los vehículos de alta ocupación, respaldados por una subvención de medio millón de euros del Cabildo.

Dávila concluyó afirmando que “la Universidad se ha convertido en un aliado crucial para Tenerife en el desafío de mejorar la movilidad en nuestra isla”. Asimismo, resaltó que un 32% de los usuarios del transporte público tienen entre 16 y 24 años, lo que evidencia un cambio cultural hacia un uso menos dependiente del coche particular.