
El Cabildo de Tenerife ha decidido destinar un monto significativo de 6.668.722 euros para llevar a cabo la restauración y reforestación de las áreas forestales que sufrieron daños durante el devastador incendio de este año.
Esta iniciativa ha sido anunciada por la Corporación insular, que ha encargado a la empresa pública TRAGSA la realización del proyecto, que incluye diversas acciones como la adecuación de terrenos, el saneo de taludes y la reforestación. La duración estimada de estas labores es de 36 meses.
La consejera de Medio Natural, Blanca Pérez, destacó que el esfuerzo por recuperar el entorno natural se extenderá a lo largo de varios años. Este año, se iniciarán los trabajos en el pinar de Acentejo, con una inversión específica de 1,3 millones de euros, enfocados en las áreas más perjudicadas de El Sauzal, La Matanza y La Victoria.
“Estamos comprometidos con una gestión forestal activa que garantice la salud y la vitalidad de nuestros bosques”, afirmó Pérez, poniendo de relieve la importancia de esta labor para el futuro del ecosistema local.
Para llevar a cabo estas obras, será necesario recuperar temporalmente algunas vías que actualmente se encuentran en desuso. Esto se hace para facilitar la extracción de las maderas quemadas durante el siniestro, que requerirá un espacio adecuado para su manipulación.
Las labores se centrarán, además, en mejorar los accesos, eliminar desprendimientos y sanear taludes dañados, utilizando técnicas manuales. Se prevé que las maderas recuperadas sean astilladas y que parte del presupuesto se destine a posibles investigaciones arqueológicas que surjan durante el desarrollo del proyecto.
La magnitud del trabajo ha llevado a dividir el proyecto en cuatro fases. La primera se enfocará en la remoción de la madera consumida por el fuego, el saneamiento de taludes y la preparación del terreno, además de asegurar la correcta dotación de equipo de seguridad para los trabajadores involucrados.
En una etapa posterior, se implementarán tratamientos que favorezcan la regeneración del bosque y se llevarán a cabo nuevas plantaciones de especies vegetales en las áreas más afectadas. También se planifican trabajos de bioingeniería para identificar cuáles zonas del terreno podrían presentar una mayor vulnerabilidad.
La tercera fase de estas obras se concentrará en la mejora de la masa arbórea, con el objetivo de favorecer el estado de las especies que, aunque dañadas, sobrevivieron al fuego. Se monitorizará también la proliferación de plagas, tanto biológicas como no biológicas, para asegurar la producción sostenible de madera y mejorar el drenaje en las capas del suelo.
Finalmente, se llevará a cabo una repoblación integral en las áreas despejadas, que incluirá la introducción de pinar canario, tratamientos en el sotobosque, astillado de remanentes y mediadas para prevenir la erosión y proteger el suelo en toda la zona afectada.
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