Obispo de Tenerife llama a fomentar la esperanza y construir la paz en la festividad de la Patrona de Canarias.

El 15 de agosto en Santa Cruz de Tenerife, el obispo de la Diócesis Nivariense, Eloy Alberto Santiago, compartió un mensaje profundo durante su homilía en la misa solemne dedicada a la festividad de la Virgen de Candelaria. En su discurso, el obispo hizo un llamado a todos los presentes para que mantengan viva la esperanza en medio de un mundo marcado por conflictos y dificultades. “La fe, al igual que María, nos inspira a mirar al futuro con optimismo, confiando en que Dios está a nuestro lado”, expresó Santiago.
El obispo enfatizó que todos enfrentamos diariamente una lucha entre el bien y el mal. La Virgen de Candelaria, dijo, nos urge a no dejar que la oscuridad apague nuestra luz de esperanza. “La victoria pertenece a Cristo”, subrayó, instando a los fieles a convertirse en verdaderos heraldos de esta esperanza inquebrantable y en agentes de paz en sus comunidades.
Santiago instó a los asistentes a abrirse con fe y confianza al “Dios de la promesa”, recordando que “en la esperanza encontramos nuestra salvación”. Reiteró que todos los presentes están convocados a experimentar el cumplimiento de las promesas de Dios, tal como lo hizo la Virgen María, sobre todo en esta jornada que recuerda su Asunción.
El obispo reflexionó sobre la invitación universal a la resurrección y la victoria sobre la muerte. “Estamos destinados a vivir una vida nueva y plena”, recalcó. Les pidió a los fieles que se convirtieran en signos de esperanza, transformando los desafíos actuales en oportunidades de cambio positivo y reafirmando su compromiso con la paz que el Papa Francisco tanto anhelaba para el mundo.
Con preocupación, Santiago abordó la falta de respuesta ante las crisis humanitarias en diferentes partes del mundo. “Es alarmante ver la indiferencia hacia el sufrimiento de quienes están inmersos en conflictos como los de Ucrania, Gaza o Israel”, comentó, señalando que la violencia es un fenómeno que también afecta a otros lugares lejanos y cercanos, incluidos algunos barrios de Canarias.
Asimismo, manifestó su inquietud por los problemas de violencia doméstica y la agresividad entre los jóvenes, así como los conflictos que surgen de la falta de diálogo en el ámbito político. “Estas situaciones son reflejo de una sociedad que necesita urgentemente reconstruir la paz en casa y en nuestras comunidades”, aseguró.
El obispo también criticó el impacto negativo de ciertos discursos ideológicos y fundamentalistas, que alimentan la división en lugar de fomentar la unidad y la comprensión, así como la xenofobia y el desprecio hacia los migrantes. “La proliferación de contenido violento en medios de entretenimiento también construye un entorno desfavorable para nuestros jóvenes”, afirmó debería ser una preocupación común.
Ante esta realidad desafiante, Eloy Santiago exhortó a no sucumbir en la desesperanza, animando a todos a que, si bien es importante ser realistas, también hay que mantener la fe. “Como María, somos llamados a aferrarnos a la esperanza en Dios”, concluyó.
Finalmente, instó a los fieles a transformarse en verdaderos constructores de paz, recordando que aquellos que trabajan por la paz son reconocidos como hijos de Dios. “La paz es un regalo esencial de Dios que necesitamos en estos tiempos difíciles”, expresó, al mismo tiempo que pidió a la Virgen que reine en sus corazones y que la Iglesia sea un refugio de diálogo y perdón.
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