En un reciente debate sobre la declaración del silbo herreño como Bien de Interés Cultural (BIC), el portavoz de AHI, Raúl Acosta, se ha mostrado preocupado por los prolongados retrasos en el expediente, que lleva atascado durante siete años. Acosta cuestiona abiertamente las razones detrás de esta dilación y se interpela sobre lo que realmente está sucediendo en el proceso administrativo.

La consejera de Universidades, Ciencia e Innovación y Cultura, Migdalia Machín, respondió a estas inquietudes durante una sesión parlamentaria el pasado jueves, rechazando categóricamente la existencia de “criterios políticos” que puedan estar influyendo en el estancamiento del expediente. Machín hizo hincapié en que las acusaciones de Acosta sobre una “mano negra” que impide el avance del trámite son infundadas y carecen de fundamento real.

La consejera recordó que el expediente se inició en octubre de 2022 y que durante este tiempo se han solicitado diversos informes a universidades y organismos que han contribuido a la extensión del proceso, el cual se prevé que avance de nuevo el próximo 20 de diciembre. Machín fue clara al afirmar que el expediente no está suspendido y que se está trabajando en él de manera activa.

Machín admitió que no posee los conocimientos específicos para juzgar el curso del expediente y subrayó que se están siguiendo criterios científicos a la espera de la decisión final de la comisión de expertos que evalúa la solicitud. “Entiendo el interés de la comunidad, y la importancia que tiene el silbo para la identidad de El Hierro, pero la política no debe intervenir en el proceso”, afirmó, defendiendo el trabajo de los funcionarios y técnicos involucrados.

Por su parte, Acosta ha resaltado la importancia del silbo herreño en la cultura de la isla, considerándolo un elemento central que ha sido transmitido de padres a hijos a lo largo de los años. Citó fuentes históricas que respaldan la relevancia de esta forma de comunicación, desde los textos del historiador Herodoto hasta los trabajos del antropólogo Joseph Lajard y del destacado catedrático Maximiano Trapero.

Acosta también subrayó que hay que aprender de otras manifestaciones culturales, como las de La Gomera, pero advirtió que no se debe sacrificar una tradición por otra. Remarcó que el silbo herreño no es solo un código de comunicación, sino que también representa un vínculo ancestral entre los herreños y sus raíces históricas, así como una herramienta única que supera las barreras geográficas de la isla.

El portavoz alertó sobre la vulnerabilidad de esta tradición, que ha empezado a disminuir debido a la modernización de las comunicaciones y al despoblamiento del medio rural. Hizo un llamado a la acción, recordando que ya ha pasado demasiado tiempo desde que se abriera el primer expediente en 2017 y cuestionó la falta de progreso en la tramitación, sugiriendo que todos los informes técnicos necesarios ya están en manos de la comunidad autónoma.

Acosta se mostró escéptico respecto a que un funcionario o político se permita dejar caducar un expediente que ya cumple con todos los requisitos para su aprobación. Manifiesta confianza en que el silbo herreño será finalmente declarado BIC, considerándolo una “deuda pendiente” con el patrimonio cultural de la isla y un acto de justicia hacia sus tradiciones.

Finalmente, Acosta advirtió que si el expediente vuelve a quedar en el limbo político, esto podría tener consecuencias que trasciendan el ámbito administrativo, algo que espera no llegue a suceder. “Es responsabilidad de todos velar por nuestra cultura y por la preservación de nuestras tradiciones más valiosas”, concluyó.