El sindicato ANPE ha alertado sobre las dificultades insufribles que enfrentan los docentes en su trabajo diario y ha pedido reducir las ratios y mejorar la atención a la diversidad en las aulas. Según datos recogidos en la Memoria del Defensor del Profesor, las agresiones a los profesores en Canarias han aumentado un 11% en el curso escolar 2022/23, llegando a un total de 157 y casi alcanzando las 2.000 desde 2008.

En una rueda de prensa, el presidente de ANPE, Pedro Crespo, junto con el coordinador del servicio, Domingo Rodríguez, y el vicepresidente del sindicato, Víctor Rodríguez, han expuesto los detalles y han solicitado que sea la Consejería de Educación la encargada de brindar asesoramiento jurídico y psicológico a los docentes afectados, de manera rápida y eficiente.

La mayoría de los casos de agresión se registran en la Educación Secundaria, con un total de 86 (71%), especialmente en primero y segundo de ESO. Además, ha habido 27 casos en Formación Profesional, 36 en Primaria y 7 en Infantil, todos ellos relacionados con padres. Las agresiones se dividen en 115 agresiones por parte de los alumnos y 42 por parte de los padres o familiares. Además, se han documentado 17 casos de agresiones físicas, 69 amenazas y 57 faltas de respeto.

Estas agresiones han tenido un impacto negativo en la enseñanza, ya que en 80 casos han impedido a los profesores impartir clases de manera normal y en 117 ha habido problemas de salud, como ansiedad, estrés o depresión. Incluso se han producido 30 bajas de larga duración debido a estos problemas de salud.

Según Pedro Crespo, aunque se trata de casos puntuales, son muy graves, y les preocupa la falta de apoyo por parte de las familias y la insuficiente reducción de las ratios, lo que dificulta la atención adecuada a la diversidad en las aulas. Crespo ha reconocido el esfuerzo realizado en la Legislatura anterior para reducir el número de alumnos, pero sostiene que aún es necesario seguir trabajando para llegar a un promedio de alrededor de 30 alumnos por aula.

Domingo Rodríguez ha advertido sobre el aumento de denuncias y acusaciones infundadas hacia los profesores, lamentando la falta de diálogo y coordinación entre las familias y los docentes. Destacó casos dolorosos, como el de una abuela que agredió físicamente a una profesora. Además, ha señalado que en muchos casos es insufrible dar clases, especialmente en los centros masificados de las zonas sur de las islas, donde la diversidad no es acompañada y algunos alumnos comienzan a tener comportamientos violentos que dificultan la convivencia en el aula.

Por su parte, Víctor Rodríguez señaló que la complejidad de la sociedad se ha trasladado a las aulas, y las agresiones ocurren tanto en centros rurales como urbanos, así como en zonas deprimidas y de mayor renta económica. Por esta razón, ha reclamado un plan plurianual de reducción de las ratios, ya que existe una relación directa entre la conflictividad en el aula y la salud mental de los profesores.

Además, ANPE ha solicitado que los cuadros de ansiedad, estrés o depresión sean considerados enfermedad profesional en el ámbito docente y que el protocolo de atención se agilice, proporcionando un número de teléfono directo desde la Consejería para brindar asistencia jurídica adecuada.