Crónica Canarias.

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Ignacio Torreblanca, experto en geopolítica, afirma que España siempre se siente incómoda con respecto al Sáhara.

Ignacio Torreblanca, experto en geopolítica, afirma que España siempre se siente incómoda con respecto al Sáhara.

En las declaraciones del jefe de la Oficina de Madrid del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, José Ignacio Torreblanca, se destaca la creciente incomodidad de España en el triángulo formado por Marruecos, Argelia y el Sáhara. Torreblanca señala que España siempre se siente arrastrada por la situación en la región.

Durante una conferencia titulada 'El nuevo desorden global y su implicación para Europa y sus empresas', organizada por La Provincia y patrocinada por la Cámara de Comercio de Gran Canaria, Torreblanca abordó la situación geopolítica del Sáhara Occidental y las últimas posturas adoptadas por España.

Torreblanca describe esta región como el "Triángulo de las Bermudas" en el que los ministros de exteriores españoles parecen desaparecer, debido a la complejidad de las posiciones y los movimientos de Marruecos, Argelia y el Sáhara.

El experto destaca el papel desestabilizador del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha empoderado a Marruecos y ha alimentado la idea de que el país está cerca de lograr su objetivo histórico de la reunificación territorial. Esta situación plantea un dilema para Marruecos, ya que busca compensar sus problemas de gobernanza y pobreza con un aumento de su identidad y soberanía.

Según Torreblanca, Trump ha fortalecido la posición de Marruecos al considerar al país como un socio estratégico de primer nivel, equiparándolo con Jordania e Israel. Además, Trump ha proporcionado a Marruecos capacidades avanzadas de inteligencia, como drones y tecnología Pegasus. Esto ha llevado a Marruecos a ejercer presión sobre España para que cambie su postura.

Marruecos ha transmitido a España que, si quiere ser un aliado de primer nivel, no puede mantener una postura equidistante. España ha tenido que acercarse a la posición marroquí, manteniendo las cosas como están, aunque esto implique romper relaciones con otros actores. Esta situación genera una gran incomodidad para España.

Por suerte, España puede contar con el respaldo de la Unión Europea para contener las posibles amenazas de Argelia, que podría intentar imponer sanciones unilaterales. Aunque el cambio de postura de España respecto al Sáhara Occidental no sea del agrado de todos, la reputación de Argelia en el campo de las sanciones comerciales no es suficiente para afectar a España de manera significativa.

En conclusión, según Torreblanca, España puede enfrentar sanciones diplomáticas o en otros ámbitos por parte de Argelia, pero no puede ser coaccionada en aspectos como la provisión de gas. Argelia también debe tener en cuenta que una mala reputación en este sentido podría provocar un sufrimiento aún mayor para el país.