El Real Madrid se llevó el Clásico ante el Barcelona en un partido marcado por las decisiones arbitrales. El equipo blanco se impuso por 2-1 con goles de Karim Benzema y Toni Kroos, mientras que el Barça redujo distancias gracias a un tanto de Óscar Mingueza. Sin embargo, lo más polémico del encuentro fue la no expulsión de Casemiro, que recibió dos tarjetas amarillas pero el árbitro decidió no mostrarle la roja.
El Madrid salió con ganas desde el primer minuto y pronto tuvo su recompensa. En el minuto 13, Karim Benzema recibió un gran pase de Lucas Vázquez y, tras deshacerse de dos defensores, batió a Ter Stegen con un potente disparo. El Barça intentó reaccionar, pero le costaba llegar al área rival. En cambio, el Madrid seguía generando peligro, sobre todo gracias a la velocidad de Vinícius y la calidad de Kroos.
En la segunda parte, el Madrid siguió dominando el partido y en el minuto 28 logró ampliar su ventaja. Toni Kroos recibió un balón en la frontal del área y, con un preciso disparo, puso el 2-0 en el marcador. Parecía que el partido estaba sentenciado, pero el Barça no se rindió y en el minuto 60 logró marcar el 2-1. Óscar Mingueza remató dentro del área tras un rechace de Courtois y dio esperanzas a su equipo.
Poco después, la polémica llegó al partido. Casemiro recibió su segunda tarjeta amarilla en el minuto 80, pero el árbitro decidió no mostrarle la roja. Esto provocó la indignación de los jugadores del Barça, que protestaron airadamente la decisión del colegiado. A pesar de ello, el Madrid logró aguantar el resultado hasta el final y se llevó la victoria en el Clásico.
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