Crónica Canarias.

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Productores canarios critican la "excesiva regulación" de la UE y demandan mayor financiación: "Nos sentimos acosados".

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En el contexto actual, los agricultores y ganaderos canarios han expresado su preocupación por la lenta implicación del turismo en sus sectores, advirtiendo que de continuar así, su desaparición podría ser inminente si no se logran rentabilidades adecuadas.

Según lo discutido en una reciente mesa de diálogo en el Parlamento de Canarias, en el marco de las 'Jornadas Conecta Europa', el sector primario se ha unido para criticar la "ultra regulación" impuesta por la Unión Europea (UE), que está poniendo en riesgo la viabilidad de sus explotaciones. Asimismo, han demandado un aumento en los fondos disponibles que les permita hacer frente a los crecientes costos y a la competencia desleal provenientes de terceros países.

Antonio López, gerente de Asocan y representante de Asaga, evidenció su descontento al señalar que las manifestaciones de productores agrícolas y ganaderos en todo el continente han tenido escaso impacto. "Nos sentimos engañados y perseguidos", afirmó, subrayando que la agricultura se enfrenta a una "criminalización" que ha aumentado el grado de incertidumbre en el sector, describiendo a funcionarios del Gobierno de España como si fueran "policías".

López reconoció el trabajo de Narvay Quintero, consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias, como un interlocutor apropiado, pero lamentó que la situación del sector primario parece un "estrangulamiento" debido a que la ficha del Posei no ha sido actualizada desde 2007 y la regulación actual se percibe como "imposible".

Según sus estimaciones, el impacto de la nueva normativa ha encarecido los costos de producción en un 60%, y aunque la UE ha mostrado señales de alivio en algunas regulaciones, aún persiste una notable "falta de flexibilidad" entre sus funcionarios. "La ultra regulación nos está sacando del mercado", reclamó, y descalificó la digitalización como una "mentira", ya que a su juicio, su verdadera intención es establecer un control exhaustivo sobre los agricultores en lugar de buscar mejorar la rentabilidad del sector.

Sobre el papel del turismo, López aseguró que aún queda mucho camino por recorrer, especialmente en la integración de productos frescos. Negó que exista una obsesión por acceder a este mercado, enfatizando que es más bien una "forma de crecer", siempre que la agricultura no se convierta en un "mono de feria".

A pesar de las críticas, López aclaró que los agricultores y ganaderos no son "antiEuropa", sino que buscan que se reconozcan las realidades de la agricultura en Canarias y que sea urgente recuperar una visión coherente en la política agraria.

Sergio Rodríguez, secretario general de Palca, se unió a la crítica, señalando que el ritmo del cambio es "tan lento" que puede conducir a la "desaparición" de los sectores, por lo que hizo un llamado a reducir la burocracia, que considera "insoportable", ya que limita el tiempo disponible para la producción.

Rodríguez destacó que la situación es "insostenible", evidenciada por una reducción del 20% en el número de productores y superficie cultivada en los últimos años, una cifra que se duplica en comparación con la media nacional. Esto hace que sea crucial aumentar la ficha financiera europea "para no caer en la ruina".

Además, Rodríguez subrayó que existe una "presión sin límites" sobre los productores europeos que no se impone a los productos de terceros países, lamentando también la falta de inspección por parte de las entidades competentes en supermercados y grandes superficies. En cuanto al turismo, sugirió que este "debería echar más manos" a los agricultores, quienes son considerados "los jardineros de la tierra", aunque la implicación actual en este sentido es muy limitada. También mencionó que han detectado que algunas empresas turísticas adquieren productos subtropicales en contravención de las normativas existentes.

Rodríguez no pudo evitar expresar su frustración con la "hipocresía" que rodea a la UE, que por un lado critica el exceso de productos agrícolas que se tiran, mientras que por el otro, se recurre a las importaciones. Reconoció que muchos agricultores están optando por el agroturismo como una forma de generar recursos, indicando que “necesitamos más fondos para subsistir”.

Omar Viña, vicepresidente de Aegil y representante de la Asociación de Ganaderos Maramajo en Lanzarote, instó a Europa a "quitarse la máscara" y admitir que su deseo de contar con una cesta de la compra más barata está generando importaciones de productos que carecen de control y que suponen un riesgo para la salud, dado que utilizan pesticidas prohibidos en la UE. A su juicio, es necesario que todos los actores del sector jueguen con "las mismas cartas" o, en su defecto, recibir compensaciones por las desventajas que sufren.

Viña también expresó su inquietud ante la "abrumadora" carga de papeleo que enfrenta el sector ganadero, hasta el punto de que algunos productores están optando por no solicitar subvenciones. Alertó sobre la falta de relevo generacional en el sector y la existencia de "estafas" relacionadas con el etiquetado de productos, observando que el subsector turístico debería hacerse cargo, puesto que muchos hoteles optan por comprar a precios bajos, y algunos incluso fomentan el "fraude" al ofrecer como quesos canarios productos que no lo son.

A pesar de sus críticas, dejó claro que el turismo es un "salvavidas para sobrevivir", indicando que las queserías "terminarán desapareciendo" si no se vinculan adecuadamente a este sector. Viña reiteró que Europa debe cambiar y flexibilizar la burocracia, evitando enviar a agricultores y ganaderos a una "pelea de boxeo con las manos atadas".

Lorenzo Brito, presidente de la Federación Regional de Cofradías de Pescadores, agregó que el subsector de la pesca está atravesando uno de sus momentos más difíciles, sintiéndose como "el patito feo" del sector primario. Anheló un programa similar al Posei para la pesca, subrayando que la motorización de los barcos presenta un "problema gravísimo". Criticó la visión de la UE que asocia los motores nuevos con un mayor impacto en el medio marino, advirtiendo que si no se produce un cambio en esta política, la flota pesquera en Canarias podría desaparecer.

Brito también pidió la eliminación de las cuotas de pesca y se opuso enérgicamente al desarrollo de energía eólica marina, alegando que este tipo de iniciativas carece de estudios previos que justifiquen su impacto sobre la biodiversidad. El sector necesita transformarse e industrializarse para exportar productos de manera más eficiente, por ejemplo a través de conservas, ultracongelados o envasados al vacío, lo que podría ayudar a garantizar pedidos para establecimientos turísticos.

Además, Brito lamentó que en las islas apenas haya pescado fresco disponible en hoteles y comedores escolares, un entorno donde solo se puede conseguir "algún atún rojo y poco más". Resaltó la importancia de crear una "economía circular" que esté vinculada al turismo, expresando que "sin el turismo es imposible vivir en Canarias". Finalmente, admitió que el cambio climático está impactando en la pesquería, notándose en el aumento de la temperatura del agua del mar y en la proliferación de especies subtropicales, lo que está llevando a la “tropicalización” del pescado en la región.