LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 23 Oct.

El Colegio Profesional de Logopedas de Canarias ha señalado la relevancia de la intervención temprana frente a la tartamudez, en tanto que, más allá de que no posee cura, con un diagnóstico precoz y la terapia oportuna los pequeños tienen la posibilidad de recobrar una fluidez prácticamente habitual.

Así lo informó la institución colegial en un aviso con ocasión del Día Internacional para la toma de conciencia de este trastorno, que puede llegar a ocasionar un encontronazo psicológico severo y hasta el aislamiento popular de la persona.

Por su parte, la tartamudez --disfemia, espasmofemia o disfluencias en el charla-- es un trastorno de la comunicación que, a dios gracias, deja de ser un tabú en las familias, y los progenitores procuran asisten o preguntan.

En este sentido, lo esencial en este Día Internacional es llamar la atención sobre el diagnóstico y la intervención a la mayor brevedad.

Desde que los progenitores adviertan algún inconveniente en el charla, como disfluencias o bloqueos en los primeros años del niño o la pequeña, tienen que preguntar con el logopeda.

Aquí, el experto va a poder aclarar si se habla verdaderamente de un trastorno de tartamudez o de otro tipo, como la dislalia (defecto en la articulación de los fonemas) o la taquifemia (charla rápida que provoca que no se le comprenda).

La tartamudez no posee cura a pesar de que los pequeños tienen la posibilidad de recobrar una fluidez prácticamente habitual. De hecho, solo uno de cada 20 pequeños termina tartamudeando y varios la sobrepasan en la adolescencia.

En España, se calcula que el 1% de la población adulta muestra este trastorno. Mientras que la tartamudez que empieza en la edad avanzada se asocia a hechos traumáticos o a lesiones graves del sistema inquieto.