El Colegio de Dentistas de Las Palmas ha celebrado recientemente una condena significativa relacionada con el intrusismo profesional y las lesiones causadas por un individuo que se hacía pasar por protésico dental. Este caso, que ha vuelto a la luz pública tras un recurso interpuesto por el colegio como acusación particular, pone de manifiesto la necesidad de una regulación estricta en el ámbito sanitario, especialmente cuando la salud de los pacientes está en juego.
Según ha informado la institución colegial, este falso protésico dental no es un caso aislado, ya que actualmente enfrenta cinco procedimientos en curso por intrusismo, y ya había sido condenado anteriormente en el año 2023 por delitos similares. Esta reincidencia resalta la importancia de tomar medidas firmes contra aquellos que, desprovistos de la formación y acreditaciones necesarias, deciden operar de manera ilegal en el campo de la odontología.
La decisión de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha confirmado las penas impuestas, consistentes en un año de multa por intrusismo laboral, calculada en 10 euros diarios, y un año y medio de prisión por las lesiones imprudentes causadas a una paciente. Además, se le ha inhabilitado durante cuatro años para ejercer como protésico dental, debido a la demostración de mala praxis en sus intervenciones. Esta condena debe servir como un claro mensaje a todos aquellos que intentan lucrarse a expensas de la salud pública.
La condena también se extiende a un dentista que colaboró con el falso profesional, quien ha sido considerado como "cooperador necesario" en este caso. A pesar de su avanzada edad y de estar retirado de la profesión, su inhabilitación por dos años pone en evidencia la responsabilidad compartida en situaciones de este tipo, donde la complicidad puede llevar a consecuencias devastadoras para los pacientes.
La historia de la víctima de este engaño se remonta a 2008, cuando acudió a la clínica dental ubicada en el municipio de Santa Lucía de Tirajana en busca de asesoramiento para la colocación de varios puentes, implantes y coronas. Desafortunadamente, desde el principio fue atendida por el falso dentista, quien se presentó de manera fraudulentamente como odontólogo, realizando diagnósticos y generando presupuestos para tratamientos que jamás deberían haber sido llevados a cabo por alguien no acreditado.
Durante un periodo de siete años, de 2008 a 2015, esta persona realizó múltiples intervenciones en la boca de la paciente, las cuales resultaron en un trabajo mal ejecutado y graves consecuencias para su salud dental, incluyendo la pérdida de todos los dientes en la parte superior. Este caso subraya la urgencia de una mayor vigilancia y regulación en el sector, donde cualquier desliz puede resultar en traumas irreparables para los pacientes que confían en los profesionales de la salud.
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