El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, ha expresado su profundo descontento ante las maniobras del Estado destinadas a postergar la implementación de la orden del Tribunal Supremo (TS). Esta decisión judicial exige que el Gobierno asuma la responsabilidad por la atención de más de 1.000 menores no acompañados que han solicitado asilo y se hallan en el archipiélago canario.

Durante un foro organizado por Ser Canarias, Clavijo no ocultó su frustración al señalar que las declaraciones del Gobierno de España sobre la permanencia de estos menores en Canarias demuestran una falta de comprensión de la situación. "Las triquiñuelas del Estado para retrasar la aplicación de esta sentencia me llenan de indignación y vergüenza", declaró.

El presidente enfatizó que es crucial mover a estos jóvenes fuera del archipiélago, argumentando que la situación no se debe a problemas financieros, sino a condiciones de hacinamiento que impiden proporcionarles la atención adecuada. “Estos menores en riesgo de ser parte de la red de protección internacional están viendo vulnerados sus derechos de manera doble”, subrayó.

Clavijo instó al Estado a acatar la decisión del Tribunal Supremo, el más alto órgano judicial del país, y a asumir la responsabilidad que conlleva. Según el mandatario, el Tribunal ha establecido un plazo de 10 días para que esta medida cautelar se implemente, reafirmando que se trata de una acción necesaria y positiva.

Si bien se mostró dispuesto a colaborar en este proceso, Clavijo fue muy claro en que no existe posibilidad alguna de que se realice una transferencia económica que permita que los menores permanezcan en Canarias. “Este no es un problema de dinero; es un problema de capacidad para atender a los menores. Con 5.500 en nuestras manos, no tenemos las capacidades necesarias”, insistió, dejando en claro que los costos deben ser cubiertos por el Estado.

Finalmente, el presidente lamentó la actitud de ambos principales partidos, el PSOE y el PP, quienes, a su juicio, actúan de manera similar al desatender la crisis en Canarias, dejando a la comunidad autónoma en la soledad. "No podría vivir tranquilo sabiendo que soy cómplice en la vulneración de los derechos de estos niños que huyen de situaciones extremas, como la violencia y la muerte. No vienen por ocio, vienen en busca de seguridad y protección", concluyó Clavijo.