En Las Palmas de Gran Canaria, la situación en la playa de Las Alcaravaneras ha llamado la atención debido a una reciente decisión del Ayuntamiento que prohíbe temporalmente el baño en esta zona. La medida se debe a la aparición de restos de contaminación por combustible tanto en el agua como en la arena cercana a la orilla de esta importante playa portuaria.
De acuerdo con un comunicado emitido por el consistorio local, el origen de esta contaminación se atribuye, aparentemente, a un vertido de fuel que se detectó en el Puerto de Las Palmas en el transcurso de la tarde del pasado viernes. Esta información subraya la gravedad del incidente y la necesidad de tomar medidas rápidas para proteger la salud pública.
Es importante destacar que la Autoridad Portuaria de Las Palmas, en un comunicado matutino del sábado, afirmó que se había desactivado el Plan Interior Marítimo (PIM) en el Puerto de La Luz y de Las Palmas. Según ellos, se constató que ya no existían "manchas" del vertido de hidrocarburo de "baja densidad" que habían sido identificadas el día anterior, lo que podría dar una ligera esperanza sobre la afectación a la calidad del agua en la zona portuaria.
A pesar de esta declaración, el Ayuntamiento ha decidido mantener la bandera roja en la zona más afectada, que está situada cerca del muelle deportivo, mientras que en el resto de la playa ondea una bandera amarilla. Además, se han llevado a cabo labores de limpieza y se han colocado lonas informativas en los accesos para advertir a los ciudadanos sobre la situación actual.
El Plan Municipal de Emergencia (PEMULPA) sigue en estado de prealerta. Este protocolo fue activado luego de que operarios del Puerto de Las Palmas y del servicio de limpieza de Ciudad de Mar detectaran y retiraran restos de piche en la orilla de la playa en las primeras horas del sábado, 7 de noviembre. Esta rápida acción ha sido crucial para minimizar el impacto ambiental del vertido.
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha reforzado la vigilancia en la playa, manteniendo un servicio constante de limpieza y disponiendo de tres socorristas de Cruz Roja que se encargan de alertar a los visitantes sobre los peligros de bañarse en la zona. Se insiste en la recomendación de no entrar al agua hasta que se resuelva completamente la situación.
Mientras tanto, los operarios de Ciudad de Mar están llevando a cabo la recogida de muestras de agua para analizar los niveles de contaminantes y fosfatos, lo cual es fundamental para determinar la salud ambiental y la seguridad de la playa en el futuro cercano. La seguridad de los bañistas es, sin duda, la prioridad en este tipo de situaciones delicadas y es esencial seguir evaluando la contaminación antes de permitir el regreso al agua.
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