Canarias sufre un verano extremadamente caluroso y húmedo con 59 fallecimientos por temperatura elevada.
Las Palmas de Gran Canaria, 16 de septiembre. En el último informe meteorológico, se ha revelado que el verano en Canarias, comprendido entre el 1 de junio y el 31 de julio, ha sido particularmente cálido y húmedo, resultando en 59 fallecimientos atribuibles al calor extremo. Esta situación fue informada en una rueda de prensa por Anselmo Pestana, delegado del Gobierno en el archipiélago, y David Suárez, delegado de AEMET en Canarias.
Durante la presentación, Suárez detalló que la temperatura media registrada en este verano alcanzó los 22,7 °C, lo cual representa un incremento de 0,9 °C sobre el promedio histórico (1991-2020). Este dato lo posiciona como el sexto verano más caluroso desde 1961, lo que llama la atención sobre la tendencia creciente de las temperaturas en la región.
El archipiélago experimentó una notable ola de calor entre el 16 y el 18 de julio, donde las temperaturas superaron los 6 grados centígrados de anomalía, un hecho que fue destacado por Suárez debido a su relevancia. Canarias ha estado enfrentando episodios de calor extremos que subrayan la necesidad de contar con medidas adecuadas para la protección de la población.
En términos de precipitación, el verano canario también se caracterizó por ser muy húmedo. Se recogieron en promedio 7,2 mm de lluvia, un 133% más de lo habitual, convirtiéndolo en el décimo verano más lluvioso desde 1961. Esto sugiere un cambio en los patrones climáticos de la región, que deben ser considerados en la planificación agrícola y de recursos hídricos.
Suárez también mencionó que los valores acumulados de lluvia durante la temporada análoga eran bajos, y que los episodios de precipitaciones observados este verano estuvieron relacionados con flujos de aire del norte y un régimen de alisios más fuerte entre junio y la primera mitad de julio, superando las cifras normales de humedad para esta época del año.
En cuanto al balance del año hidrológico, que se extiende del 1 de octubre al 30 de septiembre, hasta este momento se ha reportado un comportamiento seco, con acumulaciones del 87% de lo que se considera normal. Sin embargo, comparado con el año anterior, que cerró en un 90%, los resultados son más optimistas.
Mirando hacia el futuro, Suárez prevé que los meses de septiembre, octubre y noviembre no seguirán una tendencia claramente cálida. Aunque hay informaciones en torno a un otoño que podría resultar siendo caluroso y seco, los modelos climáticos aún ofrecen proyecciones diversas.
Este fenómeno de un verano que se extiende a lo largo del año es característico de la región, con episodios de calor visibles incluso más allá del trimestre tradicional de verano. Esto exige que se realicen estudios más amplios que evalúen los cambios en los patrones de temperatura desde mayo hasta octubre, una realidad que está comenzando a ser reconocida en el análisis climático.
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